El traje de mujer mayor de esta región se destacaba peinándose el cabello en trvelji, unos mechones como un tipo específico de diadema. En muchos lugares donde solían llevarlo, después de la ceremonia de la boda, una de las mujeres con experiencia de la familia peinaba a la novia en trvelji, lo que era un claro indicador de un cambio en su estatus social. Para este tipo de peinado, el cabello se dividió en el medio de la cabeza y se trenzó en dos trenzas que se doblaban sobre las orejas y se ataban a la nuca. Si el cabello no era lo suficientemente grueso y fuerte, se añadía el pelo de otra persona o pelo postizo, trveljišta, hecha de crudas fibras de cáñamo, trapos viejos, lana y, en el período anterior, incluso hojas de maíz, corteza de madera de tilo... Trveljišta, y sobre todo los de la novia, estaban decorados con flores, monedas de plata, cuentas, lentejuelas, agujas decorativas. Al igual que en otros tocados de novia, además de los decorativos, estos accesorios también tenían un papel apotropéico, o servían para proteger a la novia de los ojos malvados y los hechizos. La forma complicada de hacer trevelji de pelos naturales y postizos, hechos de trapos, fibras de cáñamo y otras añadiduras antes mencionados, hizo que las mujeres rara vez se peinaran, y menos aún, se lavaran el cabello, que además engrasaban con manteca de cerdo para que fuera brillante y negro. Todo esto causó la aparición masiva de piojos y varios tipos de enfermedades de la piel, por lo que a fines del siglo XIX, el peinado trvelj estaba prohibido por la regulación estatal, y este tipo de tocado para mujer dejó de usarse rápidamente.
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